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Salarios a la carta: Nómina flexible (1) 
 Hoy por hoy, en España es ciencia-ficción laboral. Sin embargo, es una tendencia, según los expertos, imparable que viene desde Estados Unidos. Aunque lentamente, cada vez más empresas se interesan por los sueldos flexibles; en otras palabras, dan la oportunidad a sus empleados de decidir cómo recibir una parte de su salario. Para ello, les ofrecen una gama más o menos amplia de servicios o artículos que se les descontará de la nómina.   La 
        novedad no es que se pueda cobrar en especie, algo que se estableció en 
        España en 1980 con el Estatuto de los Trabajadores; lo verdaderamente 
        relevante es que sea el trabajador el que decida qué parte de su salario 
        cobrará en especie y a qué destinará este dinero.  
 El 
        interés se ha despertado hace año y medio, según resaltan todos los expertos 
        consultados, coincidiendo con un periodo de gran demanda de trabajadores 
        cualificados. Para evitar que se les fugasen los mejores talentos o para 
        poder robárselos a la competencia, mucha empresas se volcaron en diferenciarse 
        y ofrecer algo más que buenos salarios. Como declara Ana Belén, de Peoplesoft, 
        "la diferencia con hace dos años es que se trata de una gestión a 
        la carta no ligada a los convenios que la empresa hace por decisión propia. 
        Por tanto, el trabajador elige lo que coge y lo que no".  
 Sin 
        embargo, es un sistema que supone una cierta complejidad y las pymes están 
        entrando con cuentagotas. Como declara Jaime Reinares, de Seresco, "las 
        pymes lo tienen más difícil porque carecen de un departamento de recursos 
        humanos para gestionar el sistema. Pero no es que no tengan la necesidad 
        de retener al trabajador, es que no tienen recursos. No obstante, a muchas 
        pymes les gusta la idea e incluso llegan a contratar el servicio, pero 
        no siempre pueden ponerlo en marcha por falta de personal".  
 Pero 
        se están ensayando fórmulas para que las pymes puedan tener el suficiente 
        volumen de empleados y que les sea rentable establecer sistemas de pago 
        a la carta. José Manuel Martínez Riquelme, director de recursos humanos, 
        de PwC Consulting declara que trabajan en un proyecto a través de asociaciones 
        profesionales e incluso, conoce el caso de un polígono industrial que 
        ofrece a las empresas que se instalan un portal de empresas que abre esta 
        posibilidad. Sin embargo, es un camino lleno de espinas. "Es muy 
        difícil porque tienen muchos recelos de hacerlo conjuntamente", declara 
        el director de la consultora.  
 En 
        ello coincide totalmente Alberto Puente, director para Europa de salud 
        y beneficios sociales de William M. Mercer: "Estamos muy en contacto 
        con asociaciones sectoriales para ver si se puede instalar conjuntamente 
        a varias empresas, pero nos encontramos con una gran insolidaridad. Nos 
        ha pasado que un proyecto no salió adelante porque a pesar de que no les 
        suponía ningún riesgo de mayores primas, se negaron a contratar un seguro 
        conjuntamente porque eso implicaba cubrirse unas a otras en caso de que 
        alguna empresa tuviese un mal año o algún siniestro".  
 Otra desventaja con la que se topan las pymes es su menor capacidad de compra. Uno de los principales atractivos del nuevo pago en especie a la carta, especialmente cuando se trata del conjunto de la plantilla y no sólo de directivos, es la adquisición de artículos a través de la empresa. Sumada la capacidad de compra de la empresa a la de la totalidad de su plantilla se pueden conseguir muy buenos precios. "Las pymes se benefician poco de las compras, aunque sí pueden optar a otras posibilidades como el renting o los planes de pensiones", declara Martínez Riquelme. Un 
        sistema ligado a los ordenadores 
         Parte del éxito de la nómina flexible se deriva del uso de programas informáticos de recursos humanos. Por eso, las pymes que mejor aceptan y se adaptan a esta modalidad de retribución son, en palabras de Pierre Paradis, de Meta 4, "muy punteras tecnológicamente e intensivas en conocimientos", donde una buena parte de los trabajadores utilizan un ordenador. 
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