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La Teoría del Saltamontes: Cómo cambiar de empleo con éxito  (2)

Félix Socorro

 

Tercer principio: Mantenga su trabajo al día y sus conocimientos actualizados, esté siempre preparado para saltar.

Los saltamontes mantienen sus extremidades posteriores en constante tensión, esto les proporciona la habilidad de saltar en el momento preciso que la condición lo exige, de lo contrario podría verse amenazado por las circunstancias y perder la oportunidad de salir ileso de ellas.

En el caso del profesional empleado que sueña con experimentar otros escenarios la premisa debe ser la misma, debe estar preparado y siempre dispuesto a saltar, ya sea en la misma empresa o fuera de ella, pero eso sólo es posible si se tienen las metas claras, el trabajo al día y si se ha invertido suficiente tiempo en mantenerse actualizado en cuanto a conocimientos y habilidades ya que las oportunidades exigen competencias adicionales a las que se poseen en el cargo que se ocupa.

¿Cuántas oportunidades no se han perdido por no respetar este principio? La carencia de competencias y habilidades desarrolladas es una de las razones más poderosas que impiden fijar la atención en un candidato en particular, las empresas están en búsqueda de personas que agreguen valor a sus trabajo y no se limiten solo a hacerlo, esperan de su personal un esfuerzo y un conocimiento adicional que les permita autogestionarse con éxito y basar sus decisiones en los criterios correctos y eso solo es posible si se está preparado para ello. No obstante, algunas posiciones poseen tal carga operativa que el empleado se limita a cumplir con ella sin aprovechar la capacidad ociosa de su tiempo de trabajo para invertirlo en explorar nuevos conocimientos. Por lo tanto es recomendable:

    1. No dejar trabajos ni tareas pendientes: Maneje un proceso detallado y completo de todo lo que realiza o debe realizar en su trabajo, de acuerdo a las características de su empleo, esto le permitirá establecer plazos y compromisos lo suficientemente cercanos a la realidad para poder cumplir con sus labores en el tiempo que está planificada su gestión, ya sea de seis, ocho o doce horas al día.
    2. Documente sus actividades: Si el cargo que posee lo exige, mantenga un resumen detallado de lo que ha hecho, cómo, cuando y para qué lo ha hecho y los asuntos que están pendientes por hacer, incluso, si le es posible, señale a las personas o entes que se requieren para atender esos puntos no alcanzados; lo anterior le ahorrará tiempo en el caso de que deba saltar de manera inmediata y no correrá el riesgo de pagar un alto costo de oportunidad.
    3. Comparta sus conocimientos: Mantenga al menos dos personas al tanto de lo que hace y de sus técnicas más comunes, comparta con ellos lo que sabe y la manera en que atacaría los asuntos pendientes, eso facilitará su retiro sin causar daños a la operación de la empresa que deja y también le permitirá dejar una buena imagen de su gestión, vital para los procesos de reclutamiento y selección tradicionales que suelen hacer uso todavía de las referencias laborales.


Cuarto Principio: Esté atento a las oportunidades y amenazas de su entorno, del mercado y de las condiciones socioeconómicas antes de decidir saltar pues ¡dos ojos no son suficientes!

Los saltamontes están dotados de cinco ojos, dos compuestos y tres simples, esto les ofrece una verdadera visión holística de su entorno lo que les permite estar atento al más mínimo de los cambios que ocurran en él y le proporcionan la información necesaria e inmediata para tomar la decisión correcta.

En el caso de los profesionales, los cinco ojos han de estar representados en las herramientas tecnológicas y de comunicación que existen así como en sus colaboradores, pares y allegados. Es humanamente imposible estar en todas partes y conocer todo lo que acontece en el entorno, por ello es necesario mantenerse informado a través de diversas fuentes, ese intercambio de datos y sucesos facilitará engranar imágenes mentales asociadas al conocimiento indispensables para la creación de posibles escenarios de oportunidades y amenazas presenten en esa realidad, ofreciendo al profesional una visión más clara y menos subjetiva de las consecuencias que podrían resultar de su salto o de la ausencia del mismo. Estar informado es fundamental, sin ello las decisiones carecen de sustento y las posibilidades de éxito son escasas, por lo tanto es exigible el desarrollo de una conducta orientada a potenciar el uso de esos "tres ojos" adicionales que la naturaleza no ofreció de manera convencional al ser humano, pero que en el campo profesional y personal pueden ser adheridos de manera concienzuda y planificada con la finalidad de poseer una visión lo suficientemente amplia del entorno que permita tomar la decisión correcta de saltar o no según sea el caso. Por todo lo anterior se sugiere:

    1. Estar al corriente del acontecer nacional y local: Leer la prensa, revisar Internet e incluso estar atento a las comunicaciones internas que ofrezca la empresa, esto le proporcionarán los datos indispensables al momento de presentarse la necesidad de realizar un salto.
    2. Crear y fomentar redes de información: El intercambio de información con compañeros de labores, ya sea de la misma área u otras dentro de la organización es imprescindible, siempre y cuando se respete la confidencialidad en los casos en que se requiera y lo que se exponga agregue valor a la comunicación. Aunque no es prudente desoír los rumores, pues suelen poseer un porcentaje de veracidad, es recomendable aprender a separar los comentarios infundados de los objetivos y reconocer a los individuos que los propagan. Sólo la información veraz y confiable le servirá para tomar decisiones.
    3. Verifique la información: Por más verdadero que le parezca un dato verifique su autenticidad, no tome decisiones basadas en supuestos o percepciones de terceros. Saltar a otro escenario, dentro del mismo o simplemente no hacerlo es una decisión seria que debe poseer bases sólidas y confiables.


Quinto principio:
Si piensa saltar no lo divulgue ni dé indicios obvios de que lo hará.

El saltamontes usa el mimetismo como mecanismo de defensa. Cuando el saltamontes se ve amenazado por algún depredador no comienza a dar saltos de un lado a otro, eso lo pondría en un riesgo mayor, por el contrario utiliza el entorno y se confunde con él, esperando el momento más adecuado para realizar el salto que lo librará de la amenaza.

Otro de los errores comunes que cometen algunos profesionales empleados se encuentra, precisamente en la incapacidad que demuestran de ocultar sus frustraciones y deseos de abandonar el trabajo que realizan.

Cuando un empleado manifiesta constantemente su deseo de cambiar de trabajo o las frustraciones y desacuerdos que posee con el que actualmente desempeña se convierte en un elemento negativo para el ambiente laboral en el que se desenvuelve y, por lo tanto, es uno de los candidatos más inmediatos que posee la empresa para prescindir de sus servicios. Si esto ocurre, el profesional se encontrará desempleado en un mercado altamente competido y sin preparación alguna, pues no solo ha sido el principal causante de esa situación sino que se convierte en un ejemplo inmediato de lo que nunca debe hacerse si no se posee algo seguro.

Las empresas contratan a su personal basadas en una serie de procesos que no son ajenos para el candidato, quien al final acepta la oferta y las condiciones del contrato que se le ofrece. Si al cabo de un tiempo las condiciones no satisfacen las expectativas del empleado, descubre que aquello que lo identificaba con la empresa ya no le es atractivo o advierte que no es posible, por condiciones ajenas, continuar ofreciendo sus servicios en esa organización resulta poco profesional que vocifere de manera elocuente y descarada su incomodidad. Es más apropiado mantener el ritmo y la calidad de trabajo que se ha venido ofreciendo con el tiempo y comenzar a utilizar los recursos externos para ubicar un nuevo escenario laboral. En estos casos es prudente:

    1. No hacer del conocimiento general su descontento: Como ya se señaló, manifieste a su supervisor las expectativas no cumplidas y su estado emocional con relación al trabajo que realiza, no lo haga público, puede que esté pasando simplemente por un mal momento y éste desaparezca o que no logre completar el proceso de selección en la otra empresa y su imagen se vea afectada en la que actualmente trabaja, si es ese el caso. Manifestar descontento no siempre es bien visto por los supervisores, pero con certeza será lo primero que recuerden al momento de evaluar su desempeño en la organización y tomar decisiones al respecto.
    2. Maneje con discreción el proceso del salto: Procure ser entrevistado fuera de su horario de trabajo, en días no laborables para su empresa o en horas de almuerzo. No descuide su trabajo actual. No comente con personas ajenas a su circulo más cercano sus búsquedas o entrevistas hasta que no esté completamente seguro que ha sido seleccionado y se disponga a retirarse de la empresa, salvo que ello sea una ventaja competitiva para usted y pueda mejorar su condición en el trabajo que actualmente ocupa, en el caso de que desee continuar en él. No insinúe ni sugiera su deseo de saltar a personas que no posean la capacidad operativa de mejorar su condición dentro de la empresa (si su deseo es quedarse en ella), pues lo que generará con ellos será una serie de eventos y comentarios que no le serán útiles.
    3. Mimetice: Salvo que sea una ventaja, mantenga la postura, no resalte ni se muestre ansioso, confúndase con el entorno si su deseo es retirarse de manera profesional, como ya se señaló, aún las empresas practican la consulta de referencias y no es prudente dejar una mala imagen en la empresa que se abandona.


Sexto principio:
Si va a dar un salto evalúe sus talentos, si usted no los tiene con certeza otro los tendrá.

Aunque suelen ser insectos solitarios, los saltamontes no siempre se encuentran en esa condición y en ciertas oportunidades se concentran en grandes bandadas cuya simple descripción produce ansiedad sólo de imaginarla, ya que generan importantes daños al ambiente. Cuando esto ocurre pueden librarse verdaderas pugnas por los espacios y los alimentos disponibles, en donde sólo gana el saltamontes más apto.

Resultaría ingenuo suponer que se es el único profesional que desea saltar a otro escenario, las cifras de profesionales que han entendido y se han convertido en verdadero talento empleable cada día es mayor y eso ha generado una enorme concentración de profesionales disputándose buenas posiciones en el mercado laboral. En este caso no sólo es importante saltar primero, sino poseer las competencias requeridas para asegurar la posición deseada, es por ello que en las empresas actualmente se exigen mayores niveles de estudios y otros conocimientos, la finalidad de tal practica es reducir la comunidad de postulantes y poder escoger entre los mejores.

Reflexiones finales

Cambiar de empleo representa una responsabilidad mucho mayor que buscar trabajo, principalmente porque en el último caso no se producen daños a terceros por una ruptura abrupta o indeseada, no hay dependencia y las decisiones recaen del interesado y su correcta coestimación con una sola empresa. Pero cuando se está empleado existe un código de ética que ha de respetarse, pues el empleo es algo serio y valioso, basándose en esta última afirmación es importante destacar que tanto la empresa como el empleado son responsables de generar la necesidad de buscar otros horizontes.

Las empleadores deben ser lo suficientemente abiertos, honestos y definitivamente claros al momento de contratar, eso evita la generación de expectativas erradas en las personas que se sienten interesadas por un cargo en particular. Pero eso no es suficiente, las organizaciones deben poseer sistemas de rotación y estimulo para que sus empleados, en cualquier área, no caiga en la monotonía y el empleo pierda la condición de reto. En la actualidad se sabe que una persona no debería pernoctar en un mismo nivel de conocimiento o cargo por más de cinco años, salvo que su capacidad de innovación y creatividad se muestren activas y en ascenso, de lo contrario la misma organización estaría alimentando la fuga de personal valioso que practicaría de manera consciente o no la Teoría del Saltamontes.

Por otro lado los empleados deben administrar correctamente sus expectativas y no esperar más allá de lo que es posible recibir de las empresas. Estos también son responsables de las decisiones que la organización toma con relación a ellos pues la empresa parte de acuerdos preestablecidos comentados y discutidos durante la contratación en la mayoría de los casos. Si bien es cierto que por las condiciones actuales del mercado laboral no están como para sentarse, tomarse un tiempo y escoger la que mejor convenga, debido a la escasez de ofertas, no es menos cierto que resulta irresponsable quejarse y demostrar inconformidad de las condiciones laborales una vez que se ha escogido un empleo bajo la premisa "es mejor esto que nada".

Pero en el caso al que se refiere la Teoría del Saltamontes, la visión es otra, ésta pretende orientar al profesional que han alcanzado un número importante de años en una posición determinada y que no ve la posibilidad de seguir creciendo dentro de la empresa en la que labora, incluyendo a esas personas que sienten que ya lo ha dado todo por la organización y sueñan con tener la oportunidad agregar valor a otras que realmente lo necesiten, ya que es necesario no ser sólo parte del cambio sino también ser capaces de generarlo, lo cual demanda planificación, preparación y precisión, de lo contrario se estarían obviando principios inalterables de la administración y dejando a la suerte lo que debería ser la consecuencia de una decisión bien pensada y sustentada.

Si se desea saltar a un nuevo escenario laboral vale la pena repasar los seis principios que expone la Teoría del Saltamontes y responder de manera objetivas los cuestionamientos que ella sugiere y reflexionar sobre sus postulados, ya que su planteamiento obedece a garantizar el éxito en esa meta laboral. Recuerde siempre los seis principios de esta interesante teoría:

      • Agudice sus sentidos, lea e interprete las señales.
      • No pruebe suerte, planifique el cambio y estudie las variables.
      • Mantenga su trabajo al día y sus conocimientos actualizados, esté siempre preparado para saltar.
      • Si piensa saltar no lo divulgue ni dé indicios obvios de que lo hará.
      • Esté atento a las oportunidades y amenazas de su entorno, del mercado y de las condiciones socioeconómicas antes de decidir saltar pues ¡dos ojos no son suficientes!
      • Si va a dar un salto evalúe sus talentos, si usted no los tiene con certeza otro los tendrá.

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