Los niveles de empleo pre crisis no se recuperarán hasta 2015
sostenible, tanto en esos países como en países deficitarios. Según el informe, dicha medida apoyaría el crecimiento de una manera más eficaz que las modificaciones del tipo de cambio. Por último, la tercera vía requiere que se lleve a cabo una verdadera reforma financiera, que permita canalizar el ahorro hacia la inversión productiva y la creación de empleo más estable.
4 millones de personas han dejado de buscar empleo
Las medidas diseñadas por la OIT centran sus esfuerzos en aquellos sectores de la población activa más vulnerables, en especial los jóvenes. Su informe recoge que a finales de 2009 4 millones de personas habían dejado de buscar empleo porque han perdido toda esperanza en encontrar alguno. Además, el organismo recuerda que cuanto más dure la recesión, más dificultades tendrán estas personas para encontrar un puesto de trabajo y mayor será su desmoralización. "Como el mercado de trabajo lleva tanto tiempo en recesión, muchos desempleados se desaniman y se excluyen de él por completo", señala.
"En los 35 países sobre los que se dispone de datos, casi el 40 por ciento de los que buscan trabajo llevan desempleados más de un año, lo que significa que están muy expuestos a la desmoralización, a la pérdida de autoestima y a problemas de salud mental", señala la OIT. Además, el estudio destaca que "un aspecto importante es que los jóvenes sufren el desempleo de una manera desproporcionada y además, cuando consiguen un trabajo, éste suele ser precario y estar por debajo de sus competencias laborales".
La cohesión social corre riesgo de romperse
Otro punto interesante del informe de la OIT es el que relaciona el malestar y el bajo estado de ánimo de los desempleados con la economía global. Así, el informe destaca que si los Gobiernos dejan en segundo plano exigencias y necesidades de los ciudadanos, se corre un alto riesgo de ruptura de la cohesión social.
Según el director general de la OIT, dijo Juan Somavia, "las personas pueden entender y aceptar las decisiones difíciles, pero sólo si ven que la carga se comparte entre todos. Los gobiernos no deberían tener que escoger entre las exigencias de los mercados financieros y las necesidades de sus ciudadanos. La estabilidad financiera y la estabilidad social deben ir unidas. De lo contrario, no sólo estará en peligro la economía mundial, sino también la cohesión social".
