Los dilemas del ejecutivo en apuros

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económica actual, instaron al ejecutivo a rodearse de talento. «Es un comentario que no sólo ha surgido en este encuentro –apunta Condés–, sino que se viene repitiendo jornada tras jornada». Sólo de este modo, rodeándose de los mejores, el directivo podrá lidiar con los pecados capitales que los líderes cometen en tiempos de crisis.

Para encontrar ese talento al que se refiere Vicente Condés es imprescindible «contar con un equipo comprometido y cohesionado, que se preocupe por el negocio global de la empresa y no por cada uno de sus departamentos». La teoría está clara pero los que se encargan de llevarla a la práctica son los departamentos y firmas de recursos humanos, un área que ahora cobra más relevancia que nunca y que, como el resto de la compañía, se tiene que adaptar al momento.

Giro en recursos humanos

«Las empresas deben asumir un cambio en su política de recursos humanos que permita no sólo importantes ahorros sino también un redireccionamiento de todos sus recursos». La propuesta es de Pierre Paradis, director general de HR Access para el sur de Europa y Latinoamérica. Paradis apuesta por un nuevo papel para el departamento de recursos humanos. «Tiene que participar en la elaboración de las líneas estratégicas», dice. Para el director de esta firma proveedora de soluciones de recursos humanos nos encontramos en un momento crucial. «Estamos ante el fin del departamento de recursos humanos y ante el nacimiento de una nueva era del desarrollo humano, donde el objetivo radica en identificar el talento y no tanto en funciones como la gestión de la nómina o la selección de personal».

Desde esta óptica, según Paradis, se podrían evitar recortes de personal y de recursos que son erróneos. Por ejemplo, es lo que ahora sucede con los profesionales de más experiencia. Durante un tiempo se impulsaron las prejubilaciones, se prefirió el talento más joven frente al sénior y, como consecuencia, hoy se echa en falta ese bagaje. «Lo que ocurre –explica David Suárez, de Booz– es que durante los años de bonanza han proliferado los directivos jóvenes, yo mismo entre ellos. Somos una generación que hemos mamado optimismo; en general no hemos tomado decisiones en contexto de riesgo». Frente a esto, se busca un directivo que haya pasado por una situación similar, da igual que fuera la crisis de las ‘puntocom’ o la de principios de los noventa.

«La organización, en general, olvida los malos momentos, pero las personas no», apostilla Vicente Condés. El director de márketing y relaciones institucionales de APD sabe de lo que habla. Su experiencia en el sector de la banca –más de 20 años– le permite colocar a estas entidades como el ejemplo más significativo de la necesidad de talento sénior. «Prescindieron de los mayores de 50 durante los buenos momentos y ahora vuelven a buscarlos porque son los que conocen, por ejemplo, la gestión de la morosidad».

El ya mencionado estudio de Booz & Company deja entrever una pequeña luz al ... continua >>