Inicio >> actualidad

En verano, de ocho a tres

El correo digital

enviar a un amigo

 


del mercado y permitir que los funcionarios salgan de trabajar a las tres de la tarde durante todo el año, ¡y eso a costa del dinero de los españoles!».
-¿Y los bancos?
-Bueno, ése es un ámbito muy específico. Ellos pueden resolver las gestiones y atender a los clientes por las mañanas. Y en invierno, abren los sábados. Son una excepción, porque así se acordó hace tiempo y les va bien.
Siesta sagrada
Parece que la rentabilidad pasa por meter horas a destajo... Y en eso, España es toda una campeona; aunque luego se encuentre a la cola en productividad dentro de la UE. Según un estudio de Euroíndice Laboral -realizado por la escuela de negocios IESE y la empresa de Recursos humanos Adecco-, sólo supera a Polonia y Portugal en términos de aprovechamiento de la jornada. Por cada 60 minutos, aquí se obtienen 30 euros de valor añadido; mientras que en Bélgica, donde más se exprime cada minuto, se supera a España en un 54%. El tiempo siempre es oro, pero a unos les luce más que a otros. ¿Será inevitable? ¿No hay manera de ponerse la pilas?
Constanza Tobío, catedrática de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid, achaca esa falta de brío al anacronismo de «unas jornadas que tenían su razón de ser en el pasado, cuando la siesta era sagrada, el lugar de trabajo estaba muy cerca del domicilio y siempre había alguien que esperaba con la comida caliente en casa». Ahora, en cambio, no hay reposo del guerrero que valga: «Al final, la gente mete más horas porque se almuerza a dos pasos de la oficina, no se hace sobremesa ni se echa una cabezadita, y se vuelve al tajo enseguida; normal que haya tantos trabajadores 'quemados'...».
Conclusión: la dinámica del 'presencialismo' -es decir, de calentar el asiento y poco más- se ha convertido en un peligroso deporte nacional que hace daño por partida doble, mucho más que hace treinta años. «Ya no sólo perjudica a los hombres dentro de la pareja; si no se tiene una jornada intensiva, siempre se plantea el eterno dilema cuando hay hijos de por medio: ¿qué hacer con los niños?», apunta la socióloga Constanza Tobío. Hace diez años trabajaban fuera de casa medio millón de mujeres y en la actualidad superan el 1.200.000.
Josefa Solá, secretaria confederal de coordinación de negociación colectiva de UGT, reconoce que «cada vez más se reivindica la flexibilidad de horarios». En lo que va de año, más del 53% de los convenios colectivos contempla la modalidad de la jornada intensiva, «o sea, más de 1.800.000 empleados tienen derecho a esa opción». Por lo visto, ya nada es lo que era: en las entrevistas de trabajo, aparte de la pregunta del millón ('¿cuánto me van a pagar?'), no falta otra muletilla: ¿Se puede saber a qué hora voy a salir? Quién sabe, a lo mejor la jornada partida tiene sus horas contadas... Está claro que el lema de 'Spain is different' no vende mucho en ... continua >>

 


 
enviar a un amigo