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El hombre de los Recursos Humanos

Néstor Gutman

 

El nombre mismo Recursos Humanos lo dice: los humanos son tratados como recursos.

¿Qué significa esto? ¿Qué los humanos son recursos, igual que un mineral, el dinero o una computadora? ¿O nos estamos desviando del sentido constructivo del término, el que atañe a la inteligencia, la creatividad, la fuerza, es decir, de esas cualidades propias de los humanos que constituyen recursos para su desarrollo?

Comencemos desglosando brevemente el término Recursos Humanos según definiciones del diccionario.

Recurso:

      1. Medio de cualquier clase que, en caso de necesidad, sirve para conseguir lo que se pretende.
      2. Conjunto de elementos disponibles para resolver una necesidad o llevar a cabo una empresa. RECURSOS naturales, hidráulicos, forestales, económicos, humanos, etc.
      3. Elementos que constituyen la riqueza o potencia de una Nación: los recursos naturales de Argentina.

Humano:

adj. Perteneciente al hombre o propio de él: linaje humano, respeto humano, naturaleza humana.

La combinación de estas diferentes acepciones hace que Recursos Humanos pueda deslizarse en diferentes sentidos. Como recurso, el humano bien podría ser homologado a un mineral y valorarse por constituir la riqueza o potencia de una Nación. Puede también entenderse que, para alcanzar sus fines, la empresa utiliza recursos propios del Hombre: habilidad, fuerza manual, inteligencia, creatividad, capacidad de transformación, o sea, utiliza Recursos Humanos. También que el Hombre mismo es el recurso, que la empresa emplea Recursos Humanos, personas, para lograr sus fines.

O sea que tenemos un término complejo, Recursos Humanos, que encierra varios sentidos posibles, que refiere al Hombre y de algún modo lo define. La definición que el diccionario da de Hombre, 'ser animado racional', no alcanza para explicar la amplitud que abarca esta palabra. El Hombre ha sido concebido de maneras diversas, a veces opuestas, lo cual ha generado un constante debate acerca de su naturaleza a lo largo de la historia. La comparación clásica es la de Thomas Hobbes (Inglaterra, 1558) con Jean Jacques Rousseau (Suiza, 1712). Hobbes piensa que debe existir un Estado fuerte que imponga ley sobre los Hombres, ya que de lo contrario, por naturaleza, estos tienden a enfrentarse en una guerra de todos contra todos. Rousseau, en cambio, critica a Hobbes y sostiene que el Hombre, el que no ha sido tocado por la civilización, es por naturaleza bueno y sociable, y que es precisamente la civilización la que los torna violentos. Este debate se da también en otras corrientes de pensamiento histórico. Por ejemplo, en el Renacimiento, luego de un milenio donde el Hombre no se concebía sino determinado por un Dios, se rompe con esa concepción determinista y se comienza a concebir un Hombre libre de elección, responsable por sus actos, capaz de transformarse a sí mismo y a lo que lo rodea. Se produce, como su nombre lo indica, un re-nacimiento, un despliegue inédito de artes y ciencias que dan lugar a una nueva humanidad. Pero esta libertad, que parece infinita, encuentra sus límites en posteriores corrientes de pensamiento. Freud, por ejemplo, introduce la idea de un Hombre que no actúa según su voluntad sino que es sujeto del inconsciente. Así, la esencia de lo humano presenta puntos de vista contrarios que se responden unos a otros en el devenir de la historia.

Algo de este debate se reproduce dentro de la idea de los Recursos Humanos. Por un lado, el discurso oficial de la empresa propone una idea humanista de Hombre: libre de elegir, responsable por sus actos y capaz de transformarse a sí mismo. En la práctica, uno puede aceptar o no el contrato que se le ofrece, responde por sus acciones en la empresa y puede ser ascendido a base a sus méritos. La empresa representa entonces la posibilidad de desarrollo de la persona humana y de la sociedad. La empresa es la organización a través de la cual las personas tienen la posibilidad de desarrollarse socio-económicamente, contribuyendo al desarrollo de la sociedad, nación, planeta. A este lugar vendría la palabra humano en Recursos Humanos, a revestirla de humanismo.

A su vez, Recursos Humanos incluye la palabra recurso, o sea, algo que se utiliza para determinados fines. Y siendo que los Recursos Humanos no se utilizan a si mismos para sus propios fines (nadie es su propio Recurso Humano) sino que se utilizan para los fines de una organización, he aquí la idea de un humano determinado por algo ajeno a sí mismo. Hay en este Hombre una relación de dependencia con un otro, relación de dependencia contractual pero también subjetiva. Recurso, en Recursos Humanos, viene a responder al humanismo diciendo: 'bueno, bueno, a no equivocarse que hay un límite'.

Entonces, Recursos Humanos lleva en sí mismo esta contradicción respecto a la esencia del Hombre: libre, capaz de transformar su entorno, por un lado, y dependiente, determinado por algo ajeno a su voluntad, por el otro.

Es por ello quizás que la posición del profesional de los Recursos Humanos no resulta siempre cómoda, ya que así como contrata, capacita y desarrolla gente, también debe aplicar sanciones, reestructurar y despedir. La función del área de Recursos Humanos ha dado lugar a continuos replanteos, de ser vistos como "policía de la organización" hacia otras posiciones más favorables, como las que propone Dave Ulrich en su libro Champions Human Resources: socio estratégico de la organización, experto administrativo, líder de los empleados y agente de cambio.

En cuanto al origen del término Recursos Humanos, encontramos una primera mención en un discurso Franklin Roosevelt recién asumida su presidencia de los Estados Unidos en 1933, donde anuncia la ubicación en trabajos comunitarios de una importante cantidad de desocupados que ha dejado la depresión económica de 1929. En ese discurso, Roosevelt compara a los recursos naturales con los recursos humanos: "Este gran grupo de hombres ha entrado a trabajar con una base salarial puramente voluntaria, ningún entrenamiento militar está implicado y estamos conservando no solamente nuestros recursos naturales sino nuestros recursos humanos". Por otro lado, la aclaración de que "ningún entrenamiento militar está implicado" servirá como idea para que luego, el mismo Ejército de los Estados Unidos comience a utilizar este término en documentos tales como "Recursos Humanos para un mayor esfuerzo de la guerra" (1940) y muchos otros posteriores. Encontramos hasta aquí a los Recursos Humanos asociados a una masa, de desocupados o un ejército, en relación a una autoridad (Estado, Ejército) que los convoca. En la década de 1950, comienza a utilizarse el término en un sentido más desarrollista, asociada a programas gubernamentales tales como "Recursos Humanos de América Central, Panamá y México, 1950-1980, en relación con ciertos aspectos del desarrollo económico" saliendo ya de las fronteras de los Estados Unidos. En la década del '70 se ponen en práctica una serie de desregularizaciones que apartan a los Estados del rol benefactor que ocupaban hasta entonces, dando lugar a una economía donde la empresa privada comienza a ser protagonista. A partir de aquí, comienza el in crescendo del Management y de los Recursos Humanos aplicados a la empresa. Recursos Humanos se instituye como nombre y función de la empresa al mismo tiempo que el tradicional Departamento de Personal empieza a ser limitado a funciones meramente administrativas. Se comienza a pensar que, más que el producto, son las personas quienes crean valor en las organizaciones, lo cual hace necesario un cambio de enfoque. El modelo mecanicista, donde los empleados eran comparados con engranajes y la organización con una gran máquina, es cuestionado para dar paso a una concepción que trata con la complejidad humana, con su racionalidad y sus emociones. En esta secuencia histórica podemos encontrar algunas claves para entender por qué el término Recursos Humanos puede utilizarse con diferentes aplicaciones y sentidos.

Sería muy atractivo cerrar este texto proponiendo un nuevo "desafío" para quienes ocupan hoy un puesto en el área de Recursos Humanos, planteando la necesidad de dirigir las acciones hacia el desarrollo y libertad de las personas, pero es más realista proponerles reflexionar acerca de las contradicciones que plantea esta función, y que las acciones se decidan en función de cada situación específica.

 

Néstor Gutman