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Las nuevas tecnologías y la formación contínua

Rogelio Navarro Domenichelli

 

El mundo laboral ha ido evolucionando, dejando atrás la organización tradicional caracterizada por un sin número de tareas repetitivas, trabajos en línea, toma de decisiones centralizada, etc. La actual situación de globalización de la economía requiere de empresas dinámicas y con altos estándares de calidad que puedan adaptarse fácilmente a un entorno cambiante y exigente, en el que va a ser fundamental. la capacidad para adaptarse al mercado y dar respuesta a las nuevas demandas de atención o satisfacción al cliente de forma individualizada y personalizada, Esta nueva sociedad esta generando, así mismo, como consecuencia de todo lo anterior, un nuevo concepto de perfiles profesionales y de competencias y cualificaciones que se hallan caracterizadas, entre otros aspectos, precisamente por esa capacidad de adaptación.

 

Ante esta nueva sociedad de mercado global, la formación continua, en concreto, debe responder a los retos que demandan estos cambios, no sólo a través del impulso de una nueva cultura de la formación a lo largo de toda la vida, sino también de nuevas maneras de organizar la formación, más flexibles y abiertas, que permitan esa adaptación de la formación continua, y del conjunto de los tres subsistemas de la formación profesional en general, a las demandas de los nuevos modelos organizacionales, en el contexto de la sociedad de la información y del conocimiento.

 

Es preciso, pués, un planteamiento más amplio de la utilización de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación en la formación continua, más allá de la consideración de meros instrumentos y recursos o medios didácticos, sino desde una perspectiva totalmente innovadora. Las aplicaciones de estas nuevas tecnologías, sobre todo, Internet, no sólo está generando en nuestra sociedad una nueva cultura sino que además está incidiendo en la conceptualización y la planificación de la formación continua.

 

En la formación continua se están planteando, por tanto, importantes cambios. Entre éstos está la necesidad de mayor nivel de formación para poder acceder a este mundo de Internet y sobre todo al mundo de la formación. Para ello la formación inicial deberá cambiar sus estructuras y esquemas de funcionamiento para responder a nuevos perfiles profesionales y personales que se demandan y para que facilite la integración de los trabajadores y trabajadoras en la sociedad del conocimiento en todas sus dimensiones: laboral, cultural y de ocio, y de participación ciudadana.

 

No obstante en relación a la transferencia de las nuevas tecnologías a la formación existe una barrera real de carácter cultural y generacional respecto a su utilización por parte de las personas que se van alejando de los 40 años, y que cada vez tienen más dificultades para seguir el ritmo de esta evolución y que deberían ser una de las prioridades de la formación continua en las nuevas tecnologías.

 

Así mismo, uno de los retos de la formación continua, en relación a las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, es conseguir que las ofertas formativas respondan realmente a las demandas de formación actuales y futuras y que permitan a su vez acercar las ofertas a las características y necesidades de los destinatarios allí donde desarrollen su actividad profesional. Las nuevas tecnologías deben ser, por tanto, capaces de generar flujos de participación y comunicación suficientes para que los trabajadores y trabajadoras, en especial de las Pymes, como usuarios directos de la formación continua, puedan participar durante el desarrollo de todo el proceso de planificación y ejecución de la oferta formativa, sobre todo, en la toma de decisiones.

 

Otro reto que debe afrontarse desde las nuevas tecnologías de la información y la comunicación tiene que ver con la forma actual de desarrollar las planificación de la formación continua en forma de acciones formativas y cursos de reciclaje discontinuos y aislados, atendiendo más bien a necesidades y peticiones coyunturales, muchas veces sin apenas continuidad y rigor sistemático en su configuración.

 

En este sentido las nuevas tecnologías de la información y la comunicación deberían ser un instrumento eficaz para elaborar la planificación de la oferta formativa configurada ésta por itinerarios personalizados de tres tipos: horizontal, vertical y diagonal, que permitan conjugar el desarrollo profesional y personal de los trabajadores y trabajadoras.

 

Igualmente las nuevas tecnologías de la información y la comunicación deben posibilitar estructuras descentralizadas, abiertas y flexibles para el desarrollo y gestión de estas ofertas formativas permitiendo la adaptación rápida a los cambios y a las diferentes características y necesidades de los grupos destinatarios, a fin de que puedan responder con la mayor celeridad a los requerimientos de la innovación tecnológica en los procesos y/o los productos.

 

En consecuencia, las necesidades actuales que se derivan de la aplicación de las nuevas tecnologías a la formación continua hacen preciso que desde las administraciones públicas, dejando de lado retóricas vacías y marketing político, y con la necesaria participación de los agentes sociales y económicos, se cree y favorezca el contexto y las condiciones, a través del correspondiente esfuerzo financiero, que faciliten estructuras y recursos humanos que potencien la investigación, el desarrollo y la aplicación de las nuevas tecnologías a todos los momentos de la formación continua con el objetivo de mejorar sus resultados y su impacto.

Rogelio Navarro Domenichelli

Comisión Ejecutiva Nacional UGT-PV