Home >>Coaching

El Coaching: camino para "cerrar la brecha" entre las exigencias del mercado y las habilidades de los ejecutivos

Amalia Vanoli

 

Un proverbio australiano dice "No podemos controlar la dirección del viento pero podemos ajustar nuestras velas".

 

"Ajustar las velas" debe ser, precisamente, el objetivo fundamental de los ejecutivos de hoy, timoneles en el océano de cambios en que deben navegar diariamente. De ellos se espera que pongan en juego competencias que aseguren el "alto rendimiento de sus equipos" a fin de que éstos alcancen y ¿por qué no? excedan los objetivos previstos. En definitiva se trata de lograr la efectividad personal y organizacional.

 

El punto central es ¿cómo lograrlo cuando una persona ya está formada en un determinado estilo de pensamiento, tiene ciertas creencias y le cuesta encontrar nuevas respuestas a problemáticas laborales cada vez más diversas y complejas?.

 

El camino más adecuado es el coaching, un proceso transformador que apunta específicamente a desarrollar habilidades internas que permitan eliminar las limitaciones  que encuentra una persona en el cumplimiento de las metas fijadas.

 

Es indispensable tener  presente al decidir el inicio de un proceso de coaching que los resultados del mismo serán directamente proporcionales al grado de compromiso del protagonista,  es necesario que éste lo considere como un objetivo prioritario, me atrevería a decir que de vida.

 

El proceso de coaching comprende, a mi entender, tres etapas:

 

1)     La creación del "espacio nosotros".

Confianza y comprensión es la base del delicado proceso de investigación de la problemática de cada persona.

Recordemos que en muchos casos, las personas saben que "algo" tienen que cambiar pero no saben "cómo" hacerlo y esto puede confundirlos o avergonzarlos. Se trata de establecer rapport para acompañar a la persona en su proceso de transformación.

   

2)     Aspectos de la personalidad vinculados directamente con las limitaciones a enfrentar.

¿Cómo logramos que un cambio sea verdadero, es decir, sea sostenible en el tiempo?.

Cuando en una situación actuamos de cierta forma lo hacemos porque le asignamos un significado a esa acción.  Entonces producir un cambio implica cambiar el significado que esa acción tiene para nosotros. Si lo que se cambia es sólo la conducta  se corre el riesgo de que  frente a la repetición del problema, la persona le asigne el significado habitual y recurra a las acciones de siempre.

Veamos un ejemplo: La conducta de un empleado frente a un  reclamo de un superior es mentir  para escapar de las posibles consecuencias. En un momento dado decide modificar esa conducta, es decir no mentir, es probable que pueda hacerlo en un par de ocasiones y luego vuelva a la conducta habitual. ¿Por qué sucede esto?. Porque, en el fondo, su lectura es que aceptar su responsabilidad ante el reclamo es peligroso.  Por el contrario si decide explorar y trabajar sobre las causas que lo llevan a mentir y logra modificar el significado, es decir que si en lugar de considerar que aceptar su equivocación es peligroso, es, por ejemplo, una oportunidad de mejorar, habrá cambiado la estructura profunda que lo llevaba a mentir.

 

Para ayudar a las personas en los cambios de significado es fundamental contar con información completa sobre el origen del problema a resolver, la evaluación del destinatario del coaching comprende aspectos diversos como:

 

     valores y creencias

     habilidades de liderazgo

     habilidades de negociación

     perfil comunicacional

     grado de integración en equipos

     manejo de prioridades

     capacidad de delegación, etc.

 

Para realizar estas evaluaciones se utilizan instrumentos provenientes de fuentes diferentes: software específico para determinar el perfil comunicacional, para mapear creencias; test de estilo de negociación, de integración grupal, etc.

Con la integración de la información recibida se efectúa una devolución al interesado y se acuerda un plan de acción.

  

3)     Coaching propiamente dicho

¿Cuándo aprendemos?. Aprendemos cuando podemos apreciar la diferencia entre lo que queremos obtener a través de una determinada acción y lo que sucede en realidad cuando la llevamos a cabo y somos capaces de eliminar dicha diferencia.

 

Sobre la base de la información obtenida en la evaluación mencionada en el punto 2), en general se trabajan tres aspectos tendientes a lograr este aprendizaje:

 

  análisis de situaciones laborales a través de la indagación reflexiva, que permite revisar la percepción que la persona tiene de su experiencia e identificar los obstáculos que impiden el logro del desempeño deseado.

 

  cambio personal que implica el desarrollo de habilidades de liderazgo, de comunicación, de negociación y resolución de conflictos, creatividad, pensamiento sistémico, etc.

 

  incorporación de conocimientos para la acción, específicos de management.

 

En síntesis: si consideramos a los trabajos como aventuras plenas de incertidumbre, lo que cuenta es tener la mochila repleta de recursos y esa és, justamente,  la función central de los procesos de coaching: desarrollar recursos que estén disponibles aquí y ahora.

  

Amalia Vanoli

Directora de Capacitación

Tiempo Real Consultores S.A.