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Los vehículos de incentivos y de autónomos se resienten por la crisis

Corporate Vehicle Observatory

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La coyuntura de crisis que atraviesa el mercado español ha llevado al 16% de las compañías implantadas en España a frenar la adquisición de vehículos nuevos con el objetivo de ahorrar costes. En el caso de las grandes compañías, este `frenazo´ ha sido más acusado, afectando a casi la cuarta parte, según revela el `Observador del Vehículo de Empresa´ (CVO) promovido por la compañía de renting Arval.

Además, el estudio, realizado entre casi 3.400 gestores de flotas de pymes y grandes empresas en 12 países, pone de manifiesto que se ha producido un giro en la car policy: coches más pequeños, modelos inferiores de gama, etc. Según el Observatorio, esto puede conllevar decisiones `controvertidas´ que obliguen a las empresas a desarrollar iniciativas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) para conseguir un cambio de mentalidad en los empleados dirigida al ahorro, la seguridad vial y el medio ambiente.

Plantillas predispuestas a conducir un vehículo `verde´
En este sentido, el estudio revela que seis de cada diez empleados muestran más predisposición a conducir un vehículo `verde´ o participar en cursos de conducción eficiente, antes que reducir el tamaño de sus coches. Esto explica que las compañías estén apostando, cada vez más, por ofrecer información completa sobre el impacto medioambiental de la flota y participando en iniciativas de reducción de emisiones. Según diversas fuentes, un conductor formado puede ahorrar hasta un 15% de combustible y mejorar su índice de siniestralidad.

Por otro lado, el estudio revela que la crisis ha limitado en este último año el papel del vehículo corporativo dentro de la política retributiva de las empresas españolas. En la actualidad, sólo el 8% de las pymes utiliza estos vehículos para retribuir a sus empleados, frente al 20% de las europeas. Esta práctica es más frecuente entre las grandes empresas nacionales, donde casi dos de cada diez lo utiliza como remuneración al empleado, frente al 32% de las europeas.

 


 
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