El presidente de ONO da la cara ante los empleados tras despedir a 1.000 personas
Castellano, ex vicepresidente y ex consejero delegado del grupo textil, fue nombrado presidente de ONO el pasado 6 de noviembre, apenas dos semanas después de que la compañía anunciara su intención de reducir su plantilla en 1.300 personas de un total de 4.500. El empresario gallego respaldó el ajuste como medida indispensable para asegurar la rentabilidad futura de un grupo que acumula demasiados números rojos.
Una vez concluido el proceso, Castellano ha querido poner en marcha uno de sus principios fundamentales en la gestión: “Los empleados son el motor de la empresa”. Por ese motivo, ha decidido reunirse con todos y cada uno de los que quedan tras el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de todos los centros operativos.
Ha empezado por el de Madrid, el de mayor capacidad, en reuniones diarias en grupos de veinte. Los trabajadores, asombrados en un principio, han tenido la oportunidad de hacer cualquier tipo de preguntas. Algunas bastante incómodas para el presidente de ONO. Otras, sobre temas concretos operativos, a las que no ha sabido ni responder. Por ello, se ha comprometido a contestarles personalmente, uno a uno.
Con esta iniciativa, Castellano ha intentado acercarse a los empleados y tratar de involucrarlos en el futuro de ONO; cuyos accionistas nacionales e internacionales andan a la greña. El también profesor de Universidad y consejero de Tous y Rothschild viajará durante las próximas semanas por el resto de centros de ONO en el resto de España, como Valladolid y Valencia, para sentarse enfrente del resto de empleados.
Fuentes próximas a la empresa, que no ha querido hacer comentarios sobre este asunto, indican que la propuesta fue acogida al principio con mucha frialdad y recelo por los trabajadores, que se manifestaron de forma muy significativa para detener el ERE. Sin embargo, la sorpresa ha sido mayúscula y hasta la relación con los sindicatos ha mejorado.
Castellano ha decidido también que la comunicación interna, que antes dependía del departamento de medios, pase a estar bajo la tutela de recursos humanos, de tal manera que cualquier novedad en la compañía sea trasmitida a los trabajadores de forma inmediata. Asimismo se ha creado una herramienta de comunicación interna para que los empleados puedan expresar sus sugerencias a la alta dirección.
Cualquiera será buena porque las previsiones de ONO para 2009 no son muy alentadoras. La compañía espera un estancamiento del beneficio operativo, una caída de ingresos y un cash flow que puede ser negativo.
