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El paro subirá hasta el 11,2% en 2008, tras aumentar, por primera vez desde la crisis de 1993

Adecco

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Este indicador, de periodicidad trimestral, elaborado por investigadores del IESE-IRCO, compara la situación de los mercados laborales de siete Comunidades Autónomas españolas utilizando cuatro variables:
ocupación, que mide la creación de puestos de trabajo en relación con las necesidades de la economía en su conjunto; adaptabilidad del mercado a las variaciones de la oferta y la demanda y a otros cambios en el entorno micro o macroeconómico; apertura a los grupos de trabajadores considerados vulnerables (mujeres, jóvenes, etc.), y rendimiento, la relación entre las variaciones del salario real y la productividad, intentando anticipar la sostenibilidad de las tendencias del salario y el empleo.
Evolución del mercado laboral. Durante muchos trimestres se ha corroborado la desigual evolución de la productividad laboral y los
salarios reales, con un descenso de la productividad y un crecimiento mínimo de los salarios (de hecho, el poder de compra del salario medio es ahora levemente inferior al que tenía hace cuatro años). En
economía los desequilibrios no pueden acumularse indefinidamente. Tarde o temprano, si no se actúa, éstos se corrigen por sí solos, aunque de forma más costosa y desordenada.
En el caso del mercado laboral español, los datos del segundo trimestre indicarían el inicio de una corrección desordenada de dicho desequilibrio, principalmente a través de un incremento del empleo más lento aún que el de una economía ya estancada. La mejora de la productividad media del trabajo,del 0,9% interanual, su mayor avance en 10 años, y su consecuente mejoría con relación a la evolución
del salario real medio es la clave que permite entender por qué el ILCA ha mantenido su valor a pesar del deterioro de casi todas las demás variables.
Concretamente, el ILCA ha sido de 72,5 unidades, aunque esto supone un 0,2% más que un año antes, confirma un estancamiento que ya dura 6 trimestres. Es decir, la recuperación de la productividad está permitiendo compensar el incremento de las tasas de paro total, femenino y juvenil, así como la marcada ralentización en la creación de puestos de trabajo.
Las perspectivas para el mercado laboral español son negativas. La tasa de paro total, así como las correspondientes a mujeres y jóvenes, seguirá incrementándose en términos interanuales. El salario real promedio descenderá, afectado por una mayor inflación. Paralelamente, la creación de empleo será la menor de los últimos 14 años. Algunas variables evolucionarían favorablemente, compensando, al
menos parcialmente, el influjo negativo de las demás. En particular, la productividad del trabajo seguirá creciendo, cosa que también ocurrirá con la proporción de ocupados a tiempo parcial. La proporción de parados de largo plazo podría mostrar un ligero descenso.

 


 
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